Martin Howe, un joven estadounidense, se ofrece voluntario en el servicio médico durante la Primera Guerra Mundial. Zarpa el barco en el que viaja a Francia y el ambiente a su alrededor es festivo: hay música y risas, se habla entre carcajadas de las mujeres francesas y de la vieja Europa… Pero muy pronto, tras esas notas de expectación y alegría, Martin vivirá su aprendizaje del miedo y los desastres de la guerra.
A medio camino entre el diario y la novela, el primer libro del gran escritor norteamericano nos adentra, a través de los ojos de un joven, en el horror del conflicto bélico.Dos Passos consigue reproducir un mundo hecho de cascotes y cristales rotos, fragmentario y apocalíptico, a través de secuencias y de viñetas, de escenas y pulsiones que se superponen siguiendo una técnica de montaje que más tarde lo haría famoso con Manhattan Transfer, y que logra dar cuenta de un modo ejemplar de la brutal realidad de una guerra.
Se trata en todo caso de un debut literario poderoso, un testimonio novelizado que defiende la necesidad del pacifismo desde el fango, a través del detalle costumbrista. A través de conversaciones, escenas y pequeñas visiones instantáneas obtenemos un documento útil y subjetivo sobre las impresiones de un joven voluntario en el frente de batalla. Es también un canto pacifista y un homenaje a los sanitarios que trabajaron durante la guerra para curar a los heridos.
Pese al estilo primerizo de Dos Passos en esta novela, y su cierta ingenuidad, vale la pena leerlo como documento biográfico y testimonio de lo que observó el autor durante ese período de tiempo. Es una novela que nos hace reflexionar sobre la sinrazón de cualquier guerra y la necesidad de gozar de las pequeñas cosas de la vida.
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