sábado, 11 de abril de 2020

Sobre la felicidad laboral y los factores cualitativos para medirla.



La felicidad en el ámbito de la psicología del trabajo y las organizaciones ha sido uno de los temas más debatidos y tratados. Desde autores que afirman que la felicidad en el trabajo es un concepto medible, pasando por aquellos que afirman que la predisposición y las actitudes del trabajador son indispensables, hasta aquellos expertos que se han especializado en exprimir al máximo el concepto de felicidad en el trabajo como una forma de aumentar la productividad de las empresas. El “sentirse bien en el trabajo” es más importante de lo que parece. 




En diversos estudios realizados sobre este tema, España se sitúa en posiciones muy bajas en el grado de satisfacción laboral. Factores como la injusticia y los grandes salarios de las altas direcciones tienen una relación directa con la satisfacción laboral y son elementos que no han mejorado en las organizaciones en los últimos años, sino más bien al contrario. Los españoles suelen presentarse como no del todo satisfechos con su trabajo, arguyendo diversas causas: las pésimas condiciones salariales, la férrea estructura jerárquica de la organización, que impide que se tengan en cuenta las opiniones de los empleados, el estrés  y presión al que son sometidos  y la escasa valoración del trabajo bien desempeñado. No debemos olvidar que pasamos buena parte de nuestra vida trabajando, y que ese tiempo en el trabajo debe ser saludable para la mente y el cuerpo. Sentirnos realizados y “a gusto” depende de factores externos e internos. La mayoría de estudios coinciden en dar una serie de claves para conseguir la “satisfacción laboral”:

− Una cultura organizativa saludable, respetuosa y de apoyo.
 − Un liderazgo competente a todos los niveles.
 − Un trato justo, seguridad y reconocimiento.
− Un diseño de los puestos de trabajo para que sean interesantes, retadores, autónomos y con  feedback.
 − Facilitar el desarrollo de habilidades para mejorar las competencias y permitir el crecimiento personal.
 − Selección de las personas para que se ajusten bien a la organización y al puesto.
 − Refuerzo del ajuste a través de entrevistas de trabajo realistas y prácticas de socialización.
− Reducción de molestias e incremento de la puesta en práctica de mejoras.
− Persuasión a los empleados para que no acepten entornos laborales por debajo de lo ideal.
− Puesta en práctica de trabajo de alto rendimiento.


Otros factores a tener en cuenta también , y más a modo personal, son los siguientes: el control del propio trabajo, facilitar poner en práctica habilidades personales, la existencia de variedad en las tareas, crear entornos transparentes, relacionarse con otras personas y que exista buena relación de equipo, contar con un buen líder en la cabeza de la organización, que sobre todo sepa escuchar y hacer partícipes a los empleados de cierta decisiones que se tengan que tomar, que cuente con carisma y otros valores como la empatía, la asertividad y la habilidad de reconocer el esfuerzo de los buenos empleados y saber recompensarlos. Todos estos factores y algunos más son esenciales para conseguir una satisfacción mientras desempeñamos una tarea remunerada.


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