domingo, 25 de octubre de 2020

Juan Marsé, el escritor que nos descubrió el Carmel como escenario de novelas.

 

Se ha escrito mucho sobre el escritor Juan Marsé, y , tras su reciente fallecimiento, son también muchos quienes han querido brindarle un homenaje a uno de los literatos que mejor supo describir la Barcelona de los años de postguerra  en el extrarradio , la Barcelona de los charnegos, los garrulos , los pijoapartes y prostitutas del barrio chino. Pero uno de los escenarios que Marsé descubrió para el lector era el barrio del Carmel, con sus calles empinadas y estrechas, con sus maravillosas vistas de Barcelona y su aire de pueblo que mira , desde la lejanía, el trajín de la gran urbe.


En  Últimas tardes con Teresa , por ejemplo, la madre de Teresa habla así del monte Carmelo: " el Monte Carmelo era algo así como el Congo, un país remoto e infrahumano con sus leyes propias, distintas"

Un comentario extraído de una de sus novelas más emblemáticas en la que nos muestra los prejuicios que tenía la burguesía de la Barcelona de la periferia. Hace mucho que el Carmelo ha dejado de ser un barrio marginado para ser un barrio obrero más con buenas infraestructuras  , accesos y prestaciones para los vecinos. En la misma novela se nos narra la trayectoria de uno de los personajes que ha quedado en el imaginario colectivo del lector, el pijoaparte, por varios lugares conocidos del barrio: la carretera del Carmel, el cottolengo, el Park Güell, el bar Delicias , las baterías antiaéreas...


 Aunque nunca vivió en el Carmel, Juan Marsé  frecuentaba el barrio cuando tenía unos once o doce años de edad. Las subía a menudo para la particular guerra de piedras con el resto de niños. De esa infancia extrajo lo mejor para mostrar un escenario único y sugerente de la Barcelona de los sesenta y setenta. Una ciudad dividida entre pobres y ricos, un monumento a los estragos de la postguerra en la capital catalana, un homenaje a quienes emigraron de otras partes de España a Cataluña para obtener un futuro mejor. También retrata Marsé con innegable maestría la lucha estudiantil por las libertades perdidas y el renacer de una nueva clase social: los pijos  y señoritos de mierda que quieren engrandecerse a costa de los ignorantes. 

Prueba de que el barrio le debe parte de su popularidad al escritor es la biblioteca, que lleva su nombre, y son frecuentes las rutas que se organizan desde el Bar delicias para recorrer algunos escenarios de sus obras. Marsé también describió con acierto el barrio de Vallcarca, la Salud, y , en general, lugares del distrito de Horta-Guinardó.  

Recomiendo a todo aquel que quiera conocer mejor la Barcelona de la buena literatura, se apunte a una de esas rutas. Descubrirá lugares extraordinarios que desconocía de la ciudad  a través de las palabras y la observación de uno de nuestros grandes escritores contemporáneos. 



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