" El antropólogo inocente" es un texto insólito por lo divertido que es. Para quienes nos iniciamos en el mundo de la antropología no me parece mejor manera que leer este texto , en el que , a carcajada limpia, aprendemos sobre la vida diaria del antropólogo y el "trabajo de campo".
Cansado de ejercitar la antropología teórica, Nigel Barley llega a la conclusión que lo que necesita hacer es lanzarse a la aventura y pasar dos años (nada menos) instalado en una choza de barro para estudiar al pueblo Dowayo en Camerún. Estamos ante las curiosidades del día a día del antropólogo, que nunca se explican en la facultad y que aquí tienen el mismo protagonismo que otros aspectos más formales que te permiten conocer a la vez la forma de vida del pueblo dowayo.
El autor, doctorado en Antropología por Oxford, se dedicó durante un par de años al estudio de una tribu poco conocida del Camerún, lo que constituyó su primera experiencia en el trabajo de campo, y casi la última. Nigel Barley se instaló en una choza de barro con la intención de investigar las costumbres y creencias del pueblo dowayo, que se resistía a amoldarse a norma alguna. En esta crónica del primer año que pasó en África, Nigel Barley -tras sobrevivir al aburrimiento y a desastres, enfermedades, y hostilidades varias-, nos ofrece una introducción decididamente irreverente a la vida de un antropólogo social. Después de esta experiencia, el autor se incorporó al Museo Británico, cuyo departamento de publicaciones editó este texto como curiosidad. La aceptación que causó entre sus primeros lectores motivó que se publicara después en la colección de bolsillo de Penguin con extraordinario éxito
Es un libro de antropología, de humor, un libro sobre los dowayos, sobre las dificultades de trabajar en África y realizar asuntos administrativos en el continente africano. Un libro que se lee con una sonrisa de oreja a oreja y que no está exento de crítica social y de critica hacia el trabajo del propio investigador.
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