La
reina provocadora
I
Hubo una vez una reina a quien le encantaba
leer historias de amor. Esta reina era una reina muy particular. Trabajaba día
y noche escribiendo historias que después publicaba bajo muchos pseudónimos.
Era una reina republicana. Jamás tuvo una palabra de aliento para sus hijos y
su marido. Sólo vivía para hacer triunfar sus propias ideas entre el pueblo. A
esta reina le encantaba comer en tatamis japoneses y escuchar música rock. Era
una reina moderna. Tenía un gato blanco al que vestía con diademas reales y
diamantes de terciopelo. No le gustaba viajar y , cuando quería salir de palacio, se disfrazaba
de guardia urbano y se pasaba horas
caminando por la capital del reino.
Un buen día esta reina decidió que no quería ser reina. Entonces
preparó sus maletas y una noche de octubre salió del palacio vestida de invitada , cuando
todos estaban celebrando las dos décadas de su entronización.
Esta reina marchó muy lejos y se casó con un
barquero muy pobre que se dedicaba a
vender pulserillas de coral y caballitos de mar que cogía con las redes de su
barco. Ella cambió completamente de vida
y se puso a trabajar como masajista. Vivían en una casita muy pobre que se
llenaba de goteras cuando caía la lluvia. Pero era una reina feliz. Pasaron los años y un turista inglés que
viajó a una isla del Pacífico la reconoció. Le preguntó si era ella la mujer que
había llenado de ilusiones a un país que
había caído bajo las garras de una dictadura monárquica .-
La reina los abandonó y ahora sufren la tiranía del rey y sus hijos.- se
lamentaba el inglés. Ella le dijo que no era la reina que muchos buscaban pero
, temiendo que el turista fuera capaz de comentar sus sospechas a las
autoridades , acabó confesando su verdadera identidad. Mientras la escuchaba el joven se quedó maravillado de la elocuencia
y la sencillez de aquella mujer . Le pidió que se fugara con él y le prometió
que viviría todo el día pendiente de ella. La reina le dijo que su vida estaba
allí, con su barquero y su chabola. No tenía intención de cambiar de vida y le
pidió que no contara nada a nadie. Ian Serrmijj , que así se llamaba el turista
, le confesó que todo su pueblo la echaba de menos.
Caía una lluvia pacífica , de otoño. Los ojos
de la oscuridad acababan por doblar las esquinas y las nubes del norte
amenazaban tormenta. La reina alojó en su humilde vivienda al viajero y le dio
un bote de pimienta verde.
- Si
tienes acceso a las cocinas reales , echa esto cada día en las comidas del rey y mis hijos.- La reina esbozó una sonrisa de
picardía.
-
Pero
señora , yo no conozco a nadie que esté metido en palacio.
- Tú
sólo tienes que preguntar por el Sr Ismael en la sastrería real de la Calle Mayor. Creo que está a la
altura de una casita de putas. Ji , ji.- Serrmij cada vez entendía menos.
Se despidieron al día siguiente y la reina , como regalo
especial , le dio un beso en la mejilla. Serrmij
llegó al reino procedente de un vuelo barato
que tuvo algunos problemas para aterrizar. Llegó a las seis de la madrugada y a las nueve ya estaba en la
puerta de la sastrería. Fue el primer cliente. Una chica de apenas veinte años
le preguntó qué deseaba.
-
Necesito
hablar con el Sr Ismael. ¿ Se encuentra en estos momentos?
-
Es
mi padre , ¿ Para qué quiere hablar con
él?
-
Dígale
que la reina necesita hablar con él.
La chica era de una belleza impresionante. Su
pelo era negro como el azabache y tenía los rasgos de la cara muy acentuados.
Labios gruesos , ojos grandes y nariz puntiaguda. Se fue a la trastienda y avisó a su padre , que
apareció al instante.
-
¿
Qué puede querer la reina de mí? , ¿ Sabe usted dónde está la reina?
Serrmij le explicó al detalle su encuentro
con la soberana y le dio el bote de pimienta que ésta le había entregado. El
sastre entendió al momento las intenciones de la soberana. Uno de los hijos de
Ismael trabajaba como chef en las cocinas reales y supervisaba los platos que cada día se
servían al rey y a los príncipes. Era una buena oportunidad para darles una
lección y hacerles pasar una tremenda vergüenza ante sus súbditos.
El sastre llamó a su hijo y le pidió que
durante una semana pusiera en las salsas , sin que se notara demasiado , un poco de
pimienta en las comidas del rey y los príncipes. Y así ocurrió lo que la reina
pretendía desde su chabola de madera. Durante los dos primeros días el rey y los principitos no notaron nada
extraño, pero , cuando hubo pasado una semana , los tres estaban para morirse.
No podían parar de estornudar y sentían fuertes picores por todo el cuerpo. Los
fotógrafos no daban crédito a lo que veían y no paraban de fotografiar al rey y
a los príncipes .Durante una rueda de prensa fueron tan grandes los picores que
se desvistieron de sus majestuosos ropajes hasta quedar en paños menores. Al
día siguiente las portadas con las fotos
del ridículo clan real acapararon el tema de interés en revistas , diarios y
círculos sociales .La familia real era objeto de chistes obscenos y críticas mordaces. Y así fue como el rey y
sus hijos recibieron una bofetada en la narices por haber creído que eran
superiores.
Pero éste no fue el final de la monarquía.
II
Un
buen día el príncipe heredero decidió construir un
palacio de marfil con el dinero del pueblo.
Deseaba un capricho , una excusa para salir de palacio y poder escapar de
las garras de papá . Llamó a su casita
“El capricho” y vivió allí hasta que se cansó de hacer el paripé y
comprobar que sus excesos no llamaban la atención de nadie. Entonces organizó su propia boda y se inventó una
prometida que era el vivo ejemplo de una mujer florero. El príncipe viajó de
incógnito por todos los rincones del reino en busca de una chica lista ,
afectuosa y trabajadora. Y no la encontró. Se dio cuenta de que no había nadie
que pudiera encajar en sus caprichosos deseos. Los preparativos de la boda
fueron anulados pero costaron la friolera de dos millones de euros.
Malgastados. Tirados a la basura.
La reina
seguía feliz con su vida en
libertad , con el hombre que siempre
había deseado en sueños , con el
pescador que le llenaba las habitaciones
de una dulce brisa de mar. Olor a mar .
Ligero . Vaporoso. Pero había algo en el
corazón de la reina que no la hacía sentirse tranquila. Desde que aquel turista le había contado la
situación que vivía su pueblo , bajo las estrictas garras de la monarquía , su corazón no latía con la misma velocidad.
Una parte de su corazón se había oscurecido
, había caído en las dudas de la
paz. Fue entonces cuando decidió que debía hacer algo por su país , por su gente. Una mañana de verano dejó una nota a su enamorado y volvió a
ceñirse la corona. El primer ciudadano que la vio llegar caminando sobre el
arcén de una autopista no podía dar crédito a lo que veían sus ojos. Y el pueblo
volvió a repartir octavillas , volvió a creer en los ideales de justicia y
libertad democrática. Porque un pueblo sólo puede ser calificado como tal si
tiene auténticas aspiraciones. Nadie le
preguntó qué había hecho durante los últimos años. Todos aceptaron que la reina
había decidido tomarse un respiro , pero ahora estaba allí con ellos. La reina
había vuelto para ayudarlos. Al rey y a
sus hijos no les sentó tan bien la noticia. Cuando la vieron aparecer corrieron
a esconderse en sus aposentos. Temían la
reacción que pudiera tener la reina
cuando viera que habían convertido el
palacio en una casa de putas.
La vuelta de la reina fue el principio del
fin de la monarquía.
II
Serrmijj se convirtió en el secretario de un
partido encabezado por la propia soberana
y auspiciado por los mandatos de una mayoría de población que necesitaba
cambio. Change. Ésa era la palabra
que comenzó a extenderse por la mayoría de las ciudades y pueblos. La reina se vestía con ropas de
obrera y levantaba el puño en alto para excitar a las masas congregadas en plazas
y calles del reino. Llovían octavillas del cielo en las que se animaba al
pueblo a obligar de una vez por todas al gobierno a que reformara los artículos
de la constitución y proclamara la
Primera República Federal . El reino quedó dividido en dos bandos. Una amplia
mayoría respaldaba a la reina y vestía
camisetas con su foto y los colores rojo
y negro pintados en sus rostros. Pero había una pequeña parte de la población que
todavía seguía fiel al monarca. A éstos
se les llamó los coletillas, porque
siempre terminaban las frases con un o sea , chuli , o gilipolleces
por el estilo. Vestían ropa de marca y llegaban a quedarse consternados si se manchaban de
polvo las suelas de sus zapatos.
Y el gobierno tuvo que convocar un
referéndum para decidir de una vez por
todas qué era lo más recomendable. El resultado fue el manifiesto rechazo del
pueblo hacia la monarquía y el deseo popular de un gobierno republicano
encabezado por Su Majestad La
Reina , que dejaría de ostentar el título regio y pasaría
a ser una ciudadana más , con deberes y
obligaciones. Todo el mundo acordó que fuera ella la presidenta del país. En
cuanto al monarca y sus hijos , tuvieron
que marcharse antes de que les cayera una tunda de acusaciones. Se machacaron
la cantidad de dinero que el estado les había estado regalando durante los
últimos años. Viajaron por Perú , China e Indonesia y atravesaron el Atlántico
en un crucero en el que casi pierden la poca pasta que les quedaba en el
bolsillo. Luego decidieron ir en busca del amante de su mujer , el barquero . Lo
encontraron en una cabaña que se les antojó de juguete , en el suroeste del
Japón. Resultó ser un japonés cascarrabias y petulante que se sentía ofendido desde que la reina lo había
abandonado. El monarca y sus hijos se granjearon su amistad y decidieron formar
un pequeño ejército de fieles que estuvieran dispuestos a sacrificar su vida
por la restauración de la monarquía. Era un día de verano , de intenso calor.
El monarca habló de modo regio:
-
Formaremos
un grupo fuerte , que vaya de democrático
pero que , alcanzado el poder ,
sea lo más absolutista posible. No será monárquico , será tiránico.
El japonés se frotaba las manos porque se
veía rico , rodeado de bellas mujeres y
cubierto de ricas sábanas de holanda , como un príncipe.
- Señor , yo me ofrezco a hacerle de mayordomo. Y también puedo ser su
estilista. Tengo conocimientos náuticos , por lo que podría ser su consejero en
las regatas.
-
La
reina se va a arrepentir toda su vida del lío que ha organizado- Los hijos
miraban al padre , asustados - Voy a
hacer que se convierta en mi criada para el resto de su vida. Si quiere guerra
, tendrá guerra.-
Los pájaros dejaron de piar cuando el rey
comenzó a insultarla. La reina jamás se hubiera imaginado el odio que ella
misma había engendrado en el corazón del rey.
III
En el país de la reina la gente no sonreía .
Suus caras estaban llenas de rabia y hastío. No eran felices. La gente subía y
bajaba de los autobuses como autómatas. Pero lo peor de todo es que nadie se
daba cuenta de nada. Todos creían que eran felices. La gente vestía de negro sus vidas. Y fue ese el motivo por el que la reina se
vistió un día de morado y decidió salir descalza por las calles. Sólo así –
pensó la soberana- la gente saldrá de su
letargo. Se fijará en mí y fijará la atención en un detalle insólito. Dejarán
de escuchar música , no verán la tele y dejarán de discutir.- Y aquello fue una
de las mejores iniciativas a título individual que tuvo lugar en el antiguo
reino desde hacía muchos años. La reina vistió un mes y diez días con un
vestido de Versace morado , de manga tres cuartos , hasta los pies. Se descalzó
durante todos esos días y se paseaba por las calles de la capital completamente
descalza . Renunció a todo escolta y
decidió que ella misma haría la compra , plancharía y
haría las tareas del hogar pues ,
al fin y al cabo , pregonaba la igualdad y el republicanismo como forma de
vida. Y curiosos de todas partes del país viajaron hasta allí para verla en vivo y en directo , pues no es
demasiado habitual ver cómo una señora
entradita en años , ex-monarca y recién estrenada presidenta de una nueva
República, va dando el cante y la nota en
sí menor por las calles de una ciudad. Y , como es de suponer, las gentes volvieron
a sonreír , a sentirse agradecidos por estar viviendo un momento histórico
excepcional: Una mujer que había
desnudado sus pies para caminar entre el pueblo.
Cuando el rey , sus hijos y el ejército de
fieles que el cocinero japonés había conseguido reunir llegaron a la ciudad se asustaron del cambio que se había
producido en la vida cotidiana de las personas.
Toda su estrategia de lucha se desmoronó como un castillo de naipes.
Vieron un país limpio , sin fraude. Un país que competía con el resto de
potencias europeas con dignidad y orgullo. Y fue entonces cuando aquellos
monárquicos infieles se dieron cuenta de que se habían quedado anticuados Que
vestidos con aquellos oropeles no irían nunca a ninguna parte .Que los pocos
afectos a la monarquía que quedaban se
habían olvidado de ellos porque tenían mejores cosas a las que dedicarse. El
rey y sus hijos decidieron que lo mejor era cambiar de estrategia y hacerse
pasar por amigos de la democracia. Cuando surgiera el primer problema , la
primera crisis económica , atacarían con más fuerza que nunca el gobierno e
instaurarían el viejo régimen.
Serrmij y la reina se convirtieron en
amantes. Él era su mano derecha , el ideólogo y principal fuente de inspiración
de Su Majestad. Caminaban cogidos de la mano por las calles de la capital sin
miedo a hacerse fotografías o sentirse observados por el resto de la gente.
Eran una pareja que llenaba de orgullo a los ciudadanos. Pasaron los años y un pequeño incidente cambió la tranquilidad
de la República. Un
grupo de terroristas islámicos armados
huyeron de su país y buscaron cobijo en
la capital. Se escondieron en un ático de cuarenta metros cuadrados sin
calefacción ni aire acondicionado. En el mismo edificio vivían
el rey , sus hijos y el barquero japonés
, que se ocupaba de las tareas domésticas y del cuidado personal del
monarca. La familia real y los terroristas entablaron una buena amistad. El rey y sus hijos ayudaron a los delincuentes a
buscar trabajo y a hacerse rápidamente
con el idioma. Los terroristas, mintieron a sus nuevos amigos y les dijeron que
eran exiliados políticos. Todos se tragaron la mentira y todo hubiera
permanecido en la más estricta normalidad si el rey no hubiera sido tan
cotilla. Una buena mañana llegó al
apartamento el hijo de uno de ellos. Estaba en apuros económicos y pidió dinero a su padre. El dinero que cada
terrorista ganaba se ponía en un fondo
común que servía para financiar la estancia de todos en el país y reunir el
dinero suficiente para emprender el viaje de regreso a sus tierras cuando la
situación política les fuera propicia.
Así pues , cada vez que uno de ellos necesitaba dinero del fondo común debía consultarlo antes con el resto del clan.
El padre le dijo al hijo que el resto de
compañeros se negaría a que él cogiera una suma de dinero tan grande. El hijo ,
ni corto ni perezoso , no dudó en emplear otros medios para conseguir el dinero.
Reunió a los tres terroristas y les
chantajeó. Amenazó con denunciarlos a la policía si no le entregaban lo que pedía. El rey , que se dirigía al piso
de sus vecinos con una entradas para ver un partido de fútbol , se paró a
escuchar frente a la puerta , alarmado por los gritos y los golpes que daban.
Escuchó palabras y frases sueltas , las
suficientes para entender que sus vecinos estaban metidos en un asunto turbio.
-
¿No
os dais cuenta? Ahora somos nosotros quienes tenemos la oportunidad de aprovecharnos.
Vamos a hacer chantaje a esos cuatro imbéciles. Los terroristas nos ayudarán
a restaurar la monarquía. Sembraremos el
caos. Pondremos bombas y bloquearemos las redes informáticas hasta que los
ciudadanos derriben la república y supliquen nuestro regreso. Ésta es nuestra
gran oportunidad , chicos.
Los principitos se
quedaron mirando al padre con desilusión y suspicacia. El heredero , que estaba jugando a la consola , se marchó
a beber un trago mientras el padre
convencía al barquero de que sus destinos estaban a punto de cambiar.
-
Su
Majestad , ¿ cómo vamos a conseguir que esa gente nos haga caso? Yo lo veo peligroso.
-
Tú
tienes que hacer lo que yo te diga y no
le busques más pies al gato. Dile a mis hijos que tengo que reunirme con ellos. Vamos a trazar
el plan.
-
Y
yo , Majestad , ¿ qué papel juego en este lío?
-
Tú
sólo tienes que hacer lo que has hecho hasta ahora. Sírveme otro chupito.
El rey reunió a los príncipes y al barquero
para contarles el plan que había trazado. Aunque los hijos no estaban muy
convencido , acataron los planes del rey y aquella misma noche bajaron al piso
de los terroristas para hacerles saber
con quienes estaban jugando. Los terroristas intentaron huir pero , el
japonés , gran experto en artes marciales , los dejo planchados en el suelo y
les ató las manos y los pies. Los terroristas llegaron a un buen trato con el
rey. Estaban dispuestos a participar en cualquier acción terrorista durante un período de seis meses ,
pasados los cuales podrían regresar a su países de origen. El dinero que
necesitaran para su huída no resultaría ningún impedimento porque les sería
proporcionado por el rey. A los pocos
días una ola de atentados , secuestros y asesinatos invadieron el país. La
ex-reina y presidenta de la república se
sintió desprotegida ante la barbarie. Su equipo de gobierno, encabezado por
Serrmijj, estaba confuso. El terror los había
sorprendido cuando menos lo esperaban. El
gobierno ordenó a las fuerzas de seguridad que emplearan todos sus medios en
obtener información sobre los autores de un sabotaje que había perturbado la tranquilidad de los
ciudadanos pero la investigación era lenta y los actos
terroristas , cada vez más frecuentes.
Al cabo de tres meses , los ciudadanos empezaron a dudar de la reina y de su
equipo de gobierno. Comenzaron a llover las primeras protestas y las primeras críticas. Fue justo en aquel
momento cuando la reina recibió una carta del rey.
Querida ex ,
¿ Te acuerdas de mi? , ¿ cómo te va tu nueva tarea como presidenta?
La verdad , cariño, nunca te he entendido. Recuerdo aquellos años
en que compartíamos el lecho y el trono
con el mismo ardor. Éramos unos reyes felices que se hacían fotografías con sus
súbditos y nos preocupábamos por su bienestar. Recuerdo las regatas de vela en
la isla donde pasábamos las vacaciones y los días de esquí en la montaña. Todo
el mundo nos quería y compraba las revistas del corazón para ver las
fotos en las que aparecíamos juntitos haciéndonos arrumacos delante de las
cámaras. Todo era tan simple y tan fácil. Hasta que tú lo estropeaste todo
cuando te marchaste y desapareciste sin
más. Supongo que te entró esas tonterías que le entran a la mujeres
menopaúsicas, que uno de tus arranques de nervios te jugó una mala pasada. Ésta
es la conclusión que he querido sacar de aquel desastre. Luego volviste y te
entró la manía de querer cambiar el país y te convertiste en una republicana convencida.
Tengo que reconocer que estabas muy
graciosa con aquellas pintas. Ganaste las elecciones y conseguiste tu sueño de
democratizar el país. Pero no todo son buenas noticias últimamente , ¿ o me
equivoco? La ola de atentados y el horror están empezando a cabrear a tus
ciudadanos y eso no es bueno para el bienestar de la República. Te portaste muy
mal con tu fiel marido y tus sufridos
hijos , que tanto te quieren. ¿ Por qué te olvidaste de nosotros? , ¿
por qué tomaste tus propias decisiones y nos arrebataste nuestra vida? La vida
de rey es la única que he llevado desde que nací y no tenías ningún derecho en
arrancármela ,cariño. Creo que te has equivocado. Esta vez la has cagado.
La sangre y el terror aún no han llegado
a su fin. Durante los próximos meses habrá más secuestros , más bombas y crímenes
sin resolver. ¿Es así como quieres a tu pueblo? Si de verdad
los quieres, te sugiero que
aceptes mi trato. Vas a renunciar a la
presidencia pero quiero que hagas una confesión televisada en
la que expliques los motivos de tu
dimisión y admitas que la idea de República
- Democracia – Libertad ha sido
un error. Quiero que recuerdes tu vida de reina y reconozcas que abandonaste
a tu familia y a tu reino. Por último pedirás
perdón y te pirarás del país. Éste es el
trato , mi reina.
A esta carta , la reina dio una pronta
respuesta:
Cretino de pacotilla ,
¿ De verdad me creíste tan imbécil?, ¿
piensas que voy a aceptar tu chantaje? Ya puedes decirle a esa pandilla de asesinos que tienes a tu cargo que no voy a
someterme a ellos. Veo que sigues siendo
igual de debilucho y poca cosa. Hablas de un lecho que compartimos bien poco y
de un trono que no sabías llevar por tu
falta de espíritu. Sigues siendo un hombre sin carisma , un títere que se cree
listo y que apenas sabe hacer la u con un canuto. ¿ Que éramos felices? Puede
que yo aún interpretara el papel de reina con pulcritud , pero tú …. ¡ Si te dormías en la mayoría
de actos en público! Yo lo que más
recuerdo eran tus aburridos discursos , el derroche de dinero público en las
cenas de gala y los viajes… En esos viajes gastabas mucho en pijadas
electrónicas y trajes. Si me marché de
palacio fue porque me aburrías y porque
no podía aceptar que el pueblo siguiera ciego ante tus desmanes. La República ha sido lo mejor que me ha pasado
en la vida. Este país ha cambiado mucho desde
que decidió ser libre , y lo mejor de todo es que ya nadie se acuerda de
ti. Has pasado al olvido más absoluto. Tú y tu monarquía pasareis a la historia
como dos errores. Si piensas que voy a tener miedo a esos sinvergüenzas que
meten bombas y matan , estás equivocado. Me has dado un motivo fuerte para
luchar por este país más que nunca. Voy a luchar con todas mis fuerzas , con la
mayor de mi astucia para derrotarte. Tú has empezado esta guerra , pero yo la
voy a terminar. Cuando éramos reyes , te repetí que jamás despertaras mi ira.
Veo que lo olvidaste. Pues bien , has
despertado mi ira , cariño. Un beso de tu amada esposa , la reina.
El rey y la reina se fueron intercambiando
cartas subiditas de tono durante las siguientes semanas. Mientras tanto el país era un pobre y negro espectro , una
triste caricatura de lo que había sido hacía unos meses. Pero siempre hay una
pizca de esperanza cuando realmente creemos en una idea e intentamos llevarla a
término. Había en el país una niña gitana de siete años que apenas había visto
mundo y que tenía unas ganas enormes de emocionar a la gente. Su mayor pasión
era el baile flamenco , desgarrado y pasional. Esa niña tenía la ilusión de ser
alguien muy querido por los demás , no sólo por sus padres , que la adoraban
con locura , sino también por la gente que vivía en su país , que compartía su
misma lengua , sus mismo aire y su misma sangre. Esa niña se llamaba Alegría. Pasó por cien y una academias
de baile para poder aprender y llegar a ser una estrella pero ninguno de sus profesores podía entender
su forma de bailar. Porque el suyo no era un baile flamenco , sino un baile
triste y prolongado. Una especie de cisne que agoniza en el lago de un recuerdo
lejano. Como no quería renunciar a su
baile , Alegría pensó que lo mejor sería
bailar en la calle. Y así fue cómo empezó a sentirse comprendida. Cada mañana cogía su traje , sus zapatos y el sombrero negro de su padre y se iba a los parques y a las plazas de la ciudad a bailar. Una mañana los terroristas pasaron por delante de ella y no pudieron evitar fijarse en su modo de
bailar. A uno de ellos se le ocurrió
preguntarle por qué bailaba un flamenco tan extraño.
- No puedo bailar de otra manera si mi país
ya no cree en las palabras.
- ¿ Y en qué cree tu país? – le respondió el
terrorista más joven.
- Mi país no cree en nada. Mi país está
sumido en este baile de tristeza que acabas de ver. La gentes se mueven pero no bailan . Y los únicos pasos que dan
están llenos de terror. Creo que mi país va a morir de un momento a otro.
- Tu país está así porque no has sabido
bailar mejor , no has hecho todo lo que podías con tu talento. Y es por eso que
agoniza. Tu baile es triste y así nunca desaparecerá la tristeza.
Alegría pegó un brinco de luz y entendió a la
perfección lo que aquello desconocidos le decían. Comenzó a bailar de una
manera descontrolada. Sus pies apenas rozaban el suelo y todos sus movimientos
reflejaban una vitalidad y una alegría desmesuradas. Los terroristas
comprendieron la injusticia de sus acciones y huyeron del país. Unos meses
después fueron capturados en Japón , en una casa abandonada que había
pertenecido a un barquero. Pidieron perdón públicamente y confesaron todos sus
crímenes y acciones. Acusaron al rey y a
sus hijos como cerebros de la trama y el
gobierno les otorgó su perdón. Pasaron muchos años en la cárcel pero sus corazones estaban libres del rencor.
En cuanto al rey y sus hijos , es aún comentado el escarnio al que fueron
sometidos. Jamás salieron de prisión y sus nombres nunca aparecieron en libros
, documentos o crónicas. Desaparecieron de la memoria de sus contemporáneos
y de las generaciones venideras. El país
pronto inició su resurgir con la ayuda de la reina y de la nueva república
instaurada. Las personas volvieron a
unir sus fuerzas para alcanzar la paz
tan deseada y procuraron que nunca más se dieran las circunstancias que
originaron aquella falta de tristeza que casi los hunde en la más horrible de
las miserias. Pero quizás la más
afortunada fue Alegría, porque pudo realizar su sueño y
convertirse en una de las personas más queridas por el pueblo. Y creo que no me
olvido de nadie más , porque citar al mezquino del barquero es alargar una historia con final feliz que
siempre puede volver a fracasar.
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