Carta de un lobo
solitario.
Querido lector,
Camino
por las calles de la ciudad distópica hasta acercarme al borde del abismo. Veo
un profundo precipicio en el que no se atisba el fin y estoy a punto de
lanzarme al vacío para descubrir la verdad. Me obsesiona la búsqueda del amor.
No es un amor humano lo que busco, busco el amor de la vida, de ese espíritu
que me ha sido esquivo desde que tengo uso de razón. Estoy impaciente por saber
qué hay más allá de este vivir superficial, de este estar atrapado entre los
límites de lo humano. Y estoy a punto de lanzarme al vacío cuando la veo, veo a
una pobre chica como yo, un lobo solitario que esquiva a los demás. Pasaría
completamente desapercibida si no fuera porque también camina cabizbaja y
pensativa, pensando en sus exhalaciones y fluctuando entre mundos líquidos e
inconstantes. Esa chica contiene la verdad que busco. Ella es el medio vacío en
el que completar la búsqueda de saber. Mi yo espiritual, mi alma.