Primavera.
Con su tupido manto de
flores ,
su sangre impetuosa ,
sus labios de fresa
encarnada,
aparece la Reina.
Majestuosa en sus pasos,
airada en sus opiniones,
cambiante en sus
decisiones,
la Reina canta al son de
los pájaros,
anunciando un nuevo albor
de los tiempos.
De múltiples colores son sus ojos,
su fragancia de verbena y menta,
su porte de dama
caprichosa.
¡ Llega la reina de las
flores!
Con su tupido manto de
amapolas,
su cabellera de flores
silvestres ,
su pecho de rosas rojas,
sus caderas de alhelíes y claveles,
azaleas y tulipanes.
La Reina canta y canta,
y a cada paso, un
amanecer
de días de luz, que
anticipa el estío.
¡ Dios salve a la reina!
Con sus días de luz,
de sangre ardiente y
precipitada,
protege a los amantes,
supervivientes
del frío invierno.
Es la Primavera de nuevo,
La Reina de las flores,
la Dama de los desvelos,
la dulce Protectora del
amor naciente.
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