Me topé con esta novela de título sugerente por casualidad. Hacía años que me la habían ofrecido por Sant Jordi y no había tenido oportunidad de leerla hasta ahora. Debo reconocer que la había dejado olvidada en una estantería hasta hace un mes , cuando me topé con ella por casualidad y decidí abrir sus páginas. El resultado ha sido sorprendente. Es una historia de una calidad y sensibilidad tremendas.
Ganadora del III premio de novela Volkswagen "Qué leer", esta historia sobre amores de juventud perdidos es sencilla , pero de una intensidad y sensibilidad apabullante. Hércules tiene nombre de héroe , pero , en realidad ha pasado toda su vida luchando con sus fobias. Un día decide romper con su monótona existencia en Albacete y decide recuperar " el norte" que había dejado atrás. La manera de conseguirlo es buscando a una compañera de la infancia , Judit, con la que forjó un lazo protector frente a las burlas de sus compañeros.Su búsqueda le lleva a emprender un viaje en coche por los Estados Unidos y vivir un sinfín de peripecias. Lo que empieza a ser la búsqueda de una persona se convierte en un viaje emocional interior en el que descubrirá aspectos de su ser que desconocía.
A la manera cinematográfica de las road movies , estamos ante una novela intimista que discurre en las largas y solitarias carreteras del interior estadounidense.La búsqueda de la felicidad y la necesidad de curar cicatrices abiertas están presentes en una novela corta que dice mucho y que , a pesar de no estar en la primera línea del mercado editorial merece una lectura. ¡Cuántos buenos escritores que no cuentan con el favor de la publicidad existen!! Pablo Fernández Aguilar es uno de ellos.
Estamos ante una historia corta cargada de valores humanos, sencillez y humildad que nos remite a lo más profundo de nuestro ser y que nos invita a seguir planteándonos quiénes somos y hacia dónde vamos. Igual que los pelícanos, somos seres itinerantes que viajan por la vida en busca de su significado.
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