El moribundo
Un grito de agonía
en la lejanía de una
juventud
perdida.
Horas que parecen días
y minutos que se alargan
en un tiempo infinito.
Me quiero morir,Señor,
y no me dejas.
Me parece ver una luz
en la lejanía.
Es la luz de la
esperanza.
El dolor se esparce
por mi cuerpo.
Y lo minutos me parecen
horas,
y días, y una eternidad
infinita.
Déjame morir , Señor,
en tus brazos. Déjame
descansar.
Una luz más y más grande
se expande
y se acerca en la
cercanía.
Es la paz del Señor ,
que me acaricia.