sábado, 20 de septiembre de 2014

"La niña que soñaba con una estrella"

Érase una vez una niña que  soñaba despierta durante el día y dibujaba sueños por la noche . Kittie era una niña feliz y despreocupada hasta que vio a una estrella. En el colegio siempre le habían explicado que había que crecer y madurar  pero ella no quería. Kittie era una joven con cuerpo de niña y  mente de pájaro. Soñaba que algún día sería querida por mucha gente y que podría hacer grandes cosas por los demás. Los años pasaron y sus sueños  infantiles pasaron a convertirse en obsesiones , y sus obsesiones en nuevos retos con los que tejía cada uno de sus relatos. Por si no se lo he dicho, Kittie quería ser escritora , política , activista , modelo , actriz  y madre. No se conformaba con tocar una sola punta de la estrellas , quería probarlo todo. Era tan fuerte su ansia de gloria que por las noches no podía dormir imaginándose en alfombras rojas , actos benéficos y  aviones particulares. Se veía viajando por todas las partes del planeta , dibujando corazones en  espejos de  lavabos de habitaciones de hotel  y firmando  autógrafos allá por donde pasara.



Pero el mundo de Kittie era muy diferente al del resto. Era un mundo sin límites , un paraíso con frutas y sin horarios . A medida que crecía ,  su sueño  parecía desvanecerse en la oscuridad. Kittie nunca había tenido grandes amigos y tampoco guardaba un buen recuerdo de los compañeros de instituto , que la llamaban “pistacho” por un chándal que le habían regalado sus padres por su cumpleaños. Era una inadaptaba que buscaba expresarse en un mundo que se le hacía difícil de entender. Kittie tenía la costumbre de mirar las estrellas siempre que podía. Vivía en un barrio pobre en la periferia de la ciudad , pero era un lugar desde el cual se divisaba una hermosa vista del cielo y el mar unidos. Kittie subía hasta la cima del monte Carmelo para ver más de cerca a sus amigas. Se sentaba en el frío suelo de unas baterías antiaéreas que permanecían allí desde la guerra civil y se pasaba largos ratos mirando el brillo que despedían. A las estrellas les revelaba sus más íntimos secretos. Y sólo con ellas se atrevía a desvelar sus verdades. Lucían tan vistosas en el cielo que jamás pensó que pudiera existir un diamante capaz de causar tanta impresión. A veces se imaginaba que podía subir hasta allá arriba y robar una de ellas para poder hacerse un colgante con el que protegerse.


Kittie siguió creciendo y fue a la universidad , donde descubrió a escritores maravillosos – la mayoría de los cuales estaban muertos – y a profesores que se creían muy ingeniosos y listos pero que no tenían imaginación. Un buen día , Kittie llegó a casa deprimida  y dispuesta a acostarse  , pero se le ocurrió encender antes el televisor para ver qué daban por la tele. Y entonces escuchó una canción que consiguió lo que ningún médico y psicólogo había conseguido antes: Ser feliz. Era una melodía bastante simple pero cantada con una energía que le restituía de todos los malos momentos que había pasado: las decepciones amorosas , la falta de trabajo y un espíritu envejecido por el pesimismo. La melodía estaba cantada por una voz enigmática , arrolladora y llena de matices. Kittie se apresuró a investigar  quién se escondía detrás de esa aureola y descubrió a una estrella que brillaba más que ninguna otra. Y así fue cómo Kittie pasó de ser una chica sin estrella a ser una chica con estrella. Se hizo del club de fans a través de Internet y estaba atenta a todo lo que ocurriera en la vida de su ídolo. Sin apenas darse cuenta , encontró un nuevo motivo para dejar libres sus miedos y retomó  una de sus mayores vocaciones: la escritura.





Un buen día , Kittie recibió por correo electrónico un mensaje enviado por Facebook para que participara en el sorteo de dos entradas al concierto que su estrella iba a dar en Alemania. Kittie estaba tan emocionada ante la idea de poder ver a su ídolo en directo que se apuntó a toda prisa al sorteo. Tenía una vida tan vacía que cualquier acontecimiento fuera de lo normal se convertía en “el acontecimiento”. Como era de suponer , la premiada en el sorteo fue otra persona. Kittie , sin embargo , no se dio por vencida. Le gustaban los retos difíciles , casi imposibles  y  ¿quién no diría que tocar a una estrella es lo más inverosímil del mundo? Ella era consciente de las pocas posibilidades que tiene una fan de conocer a su objeto idolatrado , pero también sabía que siempre hay que creer en los sueños.

Pasaron los años y Kittie se convirtió de la noche a la mañana  en una escritora de best-sellers. Gozaba de un buen estatus económico y se codeaba con los artistas más conocidos del cine y la canción.  De ser una completa desconocida había pasado a ocupar las portadas de las revistas del corazón  y de los periódicos de todos los países del mundo. Sus libros se habían traducido a cuarenta idiomas y pronto empezaron las especulaciones en torno a su vida sentimental. Pero Kittie se sentía más sola que nunca. Siempre había creído que  la fama , el sentirse querida por millones de personas , sería la solución a sus problemas. Se había equivocado. Se sentía enjaulada en hoteles de cinco estrellas  y vivía en territorio de nadie. Había logrado un sueño pero le faltaba rellenar un hueco en su vida. ¿ De qué le servía la fama si no podía conocer a la estrella de su infancia? Descubrió que  esa angustia que le corroía las entrañas como un gusano era la falta de amor.

Entonces se puso manos a la obra . A través de su representante logró averiguar más datos sobre la vida privada del cantante. Le gustaban las palomitas , el cine negro , las  bambas brillantes y su color preferido era el negro. También averiguó que vivía sólo , a tan sólo dos manzanas de su apartamento y que apenas salía de su habitación porque estaba preparando un nuevo disco.  Kittie se las ingenió para ser invitada a la fiesta de presentación de su nuevo single ,  una canción pegadiza y con ritmo frenético que había sido compuesta para formar parte de la banda sonora de una película de éxito.


La fiesta  se celebró en la residencia de un importante productor y director de cine , al que Kittie conocía porque tenían un amigo en común. Los presentó Bobby Richards , un actor de Hollywood , amigo del cantante y del representante de Kittie. Cuando lo vio aparecer ante sí , con la mano tendida , volvió otra vez a ser aquella niña inocente  , anónima y tímida que apenas salía de casa porque no tenía amigos. Él le sonreía con  la misma dulzura y sinceridad que ella había admirado en sus conciertos. “ ¿ Qué pensaría él si ella seguía mirándolo ensimismada?” se preguntó asustada. Enseguida se recompuso y le estrechó la mano.


-          Encantada de conocerle. Tenía muchas ganas de conocerlo en persona. Esto … Soy una gran admiradora suya.
-          El placer de conocerla es mío , señorita . ¿ Le puedo revelar un secreto? Me he leído todas sus novelas de un tirón. La mayoría de veces estando de gira , entre concierto y concierto. Me sirven para concentrarme antes del trabajo.

-          ¿ En serio?

-          Son realmente buenas. Me gusta especialmente la tercera : “Los ojos sin sombra”. Creo que es la mejor de la serie. Aunque también encuentro entrañable el personaje de Julia , en la cuarta novela. Me recuerda mucho a mi primera novia.

-          Oh , vaya. Me alegro de que le guste la tercera entrega porque es la que más críticas ha recibido , aunque yo también creo que es la más elaborada. Creo que coincidimos en eso.- La conversación discurría con tal naturalidad que Kittie logró se fue tranquilizando a medida que hablaba con él.

-          ¿ Te puedo tutear?

-          Sí , claro. Me puedes llamar Kittie.

-          ¿ No  estás agobiada de estar aquí metida? No me gustan nada  los espacios cerrados. Siento una claustrofobia enorme. Lo que ocurre es que mis representantes me han dicho que me calle las manías. Pero , ¿ por qué tengo que estar horas encerrado con gente aburrida?


A Kittie  le hizo gracia el comentario  y se afianzó en su admiración por el cantante.  Vestido de aquella guisa , con unos pantalones  negros , brillantes y ajustados , una camiseta fucsia , una chaqueta del mismo color y el pelo completamente engominado , tenía cierto aire a John Travolta en Grease. Salieron por la puerta principal sin ser vistos por ningún periodista curioso y marcharon a pie hasta Hyde Park. La brisa era fresca y el cielo estaba completamente despejado , cubierto de estrellas.  Se sentaron en un banco. Kittie se había dejado la americana en la fiesta y sentía frío. William se quitó la chaqueta y se la puso encima de los hombres.

-          Antes , en la fiesta , me has contado un secreto. Me gustaría contarte ahora el mío. Tú has dicho que te relaja leer mis libros durante las giras.  Yo escucho tu música siempre que necesito dar una vuelta de tuerca a mis historias. Es un ritual que llevo haciendo desde mis inicios , cuando no era nadie y todo el mundo me rechazaba los manuscritos. Me encantan tu música , tu letra y  tus canciones. No tengo ninguna preferida. Me gustan todas.


Un silencio se apoderó de los dos. Él se aproximó a Kittie y le dio un beso breve pero intenso en los labios. Kittie entonces volvió otra vez a su habitación , a las noches adolescentes en que no había nada más detrás de aquellas cuatro paredes que le indicaban la miseria de su existencia. Estaba cumpliendo el sueño de su vida con la mayor naturalidad del mundo , como un acto normal y honesto , sobre todo honesto.


El cielo estaba cuajado de estrellas y Kittie le indicó que las contemplara durante largo rato.

-       ¿ No son maravillosas? Siempre me ha hipnotizado mirarlas. Jamás he visto algo tan bello y tan distante al mismo tiempo. Cuando era niña me subía a lo alto de un monte que había cerca de casa para mirarlas. Me tumbaba en el suelo y me podía pasar horas mirándolas. Es la experiencia más pura y bonita que he vivido nunca.  ¿Dónde te has metido?

-          Psssss. Estoy detrás de ti. Cierra los ojos y cógeme la mano. Vamos , cierra los ojos. Kittie le hizo caso  , le cogió de la mano y se dejó guiar por la estrella. Caminaron durante unos minutos por un camino llano . No tenia ni idea de a dónde se dirigían.- Espera un momento. Ahora puedes abrirlos.

Kittie se encontró  frente al lago Serpentine y a su ídolo metido en el lago , nadando entre cisnes. -  ¿ Qué demonios haces ? ¡ El agua debe estar helada! La estrella salió del   lago y corrió hacia ella con el propósito de  meterla también en las aguas .Kittie forcejeó y le suplicó que la dejara en paz pero él la cogió con fuerza y la arrastró hasta la orilla . Kittie reía sin parar y presentó la rendición final. William , que así se llamaba el cantante ,  la metió en el lago hasta que la mitad de sus cuerpos estaban cubiertos por  agua.

-          No te voy a perdonar lo que me acabas de hacer. Es una putada.
-          ¿ Quién creías que era el auténtico William , el que sale en las revistas con pinta de niño bueno? Acabas de conocer al mayor golfo de Londres. Siento que la presentación sea en un lugar tan húmedo. Dime , señorita , ¿ va a querer quedar otra vez conmigo?

Kittie se quedó muy seria. Miró a su estrella como si estuviera a punto de pegarle una bofetada. Él cambió el semblante y se puso a la defensiva.

-          No creí que te sentara tan mal . Siento mucho …


Kittie se echó a reír  y lo retó a una carrera. Jamás había sentido ese gusanillo en el estómago. Quizás era eso lo que andaba buscando desde que era niña:

El amor

La improvisación

La espontaneidad

El ruego

La súplica

El deseo

El Nirvana

El tú

El yo

El perdón

La duda

La verdad


Los rojos vestidos

Las flores cansadas

La virginidad dormida





Los  niños vistieron sus ropas de granate ; probaron el mal y se saciaron de cantos sinsentido . La stella luminosa dell’orizzonte brillava con più  forza che mai.


No hay comentarios:

Publicar un comentario