jueves, 10 de enero de 2013




Hola a todos: Además de bloguera ,  soy aprendiz de escritora . No sé si escribo cuentos , poesías o cuentos que se asemejan a poesías . Pero el caso es que me gusta escribir . Ésta es mi auténtica vocación. Quiero compartir una parte de mí con vosotros. Espero que os guste.


La mujer de acero.

Una mujer de acero es un ente  con pechos  de miel , sangre en la boca y flores en la cabeza. Es una mujer fuerte e independiente. Es una mujer que no se ablanda , que come junto a Dios , que reza las palabras , que ama su ser , que ríe , llora , canta  y mata por la verdad.


Yo conozco a esa mujer. La observo cada día librar una lucha continua con ella misma. Se mira al espejo y descubre algo nuevo en una actitud  desconocida. Es la mujer de los mil nombres ,  la luna que llora , la niña que muere  y la locura genializada.  La mujer de acero se pinta las uñas de forma extravagante , es puritana y puta al mismo tiempo , está encantada de haberse conocido , se mira en los cuadros , en las miradas de deseo , en las botellas de alcohol .

Yo soy esa mujer. Me transformé en cisne un día. Se dice que los cisnes entonan un triste sonido antes de morir. Yo toqué unas notas de piano aquella tarde. Eran notas de tristeza y melancolía. Las alas de mi cuerpo se movían al compás de las notas de Chopin. Curvé el pico y recogí la sabiduría eterna en la boca de la Sibila de Cumas , la guía de Anquises. Abrí mis alas en la oscuridad de la noche y me replegué en las tinieblas del mar. Era un cisne blanco , el más bello de la noche. Pero mi corazón  seguía siendo de acero. Duro , negro  , cruel. Completé los días y las noches , e intenté cambiar la dureza por la infinita dulzura del amor. Traidor . Cobarde. Exageradamente bello. Mis plumas sangraron ante el éxtasis de sentirme vivida.  Unos minutos pueden cambiar el curso de la existencia , hacerla efímera y confusa. Mis alas de cisne aletearon y alzaron brevemente el vuelo. Pero el cisne no podía volar todavía  porque sentía miedo de ser rechazado , de creer que la amistad era amor , que las miradas de cariño eran de fervor , que el simple apego era religión.  Necesitaba un reposo para mi alma , dejar de sentirme enferma. Temí entonar mi último  canto cuando la esperanza del mañana se tambaleara en un taburete de madera , frío y hostil . Creí reconocer los rasgos del amor en  otro cisne irremediablemente bello. Era un cisne con mi mismo corazón .Duro , impactante.  Me sentí fascinada por aquel cisne que tanto se parecía a mí misma. Las aguas del lago de la atracción se movieron profundamente  y revirtieron el orden de mis ideas. Por un momento me sentí  importante porque creí haber encontrado la meta de mis constantes insatisfacciones. Los deseos estaban colmados , las pirámides y las columnas de la vida avanzaban  hasta el número pi.  La estupidez de mi cabeza aumentó , las imágenes del futuro feliz pasaban ante mi mente como historias separadas y tristemente unidas por la ilusión. Una sola mirada del cisne que había encontrado era fuente de nuevos deseos insatisfechos , de  una ridiculez de quinceañera , de ganas de recuperar el tiempo no vivido. Retrocedí en el tiempo y convertí el mundo en un cuento que sólo existía en mi mente enferma.  La vida es un suspiro intenso que apenas dura diez segundos , los suficientes para reconocer los errores cometido durante  años.

De repente , un buen día ,  me volví a convertir en humana. Me desperté y tenía la forma que había tenido en mi vida anterior. Dos piernas , dos manos , y unos ojos oscuros y penetrantes como el acero. Unos ojos examinadores  y enormemente críticos con todo lo que me rodeaba. Mi forma humana me permitía moverme entre la masa , hacerla mía. Me gustaba mezclarme entre las caras sin nombre y las mentes esquizofrénicas de los muertos vivientes que cada día se lavaban la cara para parecer humanos. Las horas pasaban lentamente por mi cabeza. No llevaba ni dos horas con mi forma humana y ya quería convertirme en algo diferente: florero , cabra ,  papel maché o estatua de cera. Y comencé a leer con fervor , de una manera que no sentía desde hacía tiempo. Los libros volvían a ser el paraíso , la vida eterna. Las páginas pasaban constantemente como hierba de transgresión y cambio. La lectura me devolvió mi ser , me hizo creer en una nueva vida. Hemingway , Saramago , Machado… Volvían  a tener voz y a reconfigurar mi identidad perdida. La mujer de acero volvía a creer en algo auténtico.

El enamoramiento es pasajero , un sentimiento que viene y va , un compuesto químico que dura horas , días , meses , incluso años , pero acaba por desaparecer.  Es una ilusión , un engaño que amenaza con destruir nuestras convicciones , un espejismo en el desierto de la ciudad. Pero , sin embargo , el enamoramiento es tan necesario como respirar. Un cúmulo de emociones , una vorágine de ideas contradictorias , una enfermedad vírica . Me enamoré un día de verano , a pleno sol. Estaba desesperadamente depresiva. Asqueada de mí misma.  Y entonces apareció como de la nada. Un resquicio de vida ante tanta asfixia. La mujer de acero se aferró al sentimiento que aquel extraño había generado. No se enamoró del hombre , se enamoró de las infinitas posibilidades de cambio que veía reflejadas  en él. Como si se mirara ante un espejo que mostrara sus propias miserias ,sus grandezas , su talento escondido. El corazón de acero amenazaba con perder su integridad y convertirse en un corazoncito Disney. No podía dejar que alguien entrara en  él e indagara. Pero , sin embargo , dejó entrar a aquel extraño.  Jamás se arrepentiría de hacerlo. La correspondencia que mantenía con aquel tipo le cambió la vida. Fue de las pocas personas ajenas a su entorno familiar que  habían sido capaces de dejar al descubierto sus carencias. Sólo fueron necesarias unas conversaciones distendidas para darse cuenta de que estaba perdiendo el tiempo en médicos que no sabían solucionarle problemas , sino que añadían más problemas a una situación que sólo ella podía solucionar. El corazón había comenzado a ablandarse aunque todavía no había signos de vida.

La mujer de acero también había recobrado un valor muy importante: la amistad. Después de años de soledad , sentía la necesidad de volver a encontrarse en compañía de gente. Compartir gustos y momentos divertidos. Descubrió que la verdadera amistad estaba muy cerca. Era una muchacha a la que conocía desde hacía años. Quizás sin ella saberlo , siempre había sido su amiga. Pero ahora la sentía más cerca de ella que nunca. Era una chica buena , con un corazón lleno de vida , con un enorme talento escondido , aunque todavía no lo sabía. Todos tenemos un potencial artístico que debemos descubrir. Nuestro deber como humanos es descubrirlo. Hacerlo emerger es lo más difícil , sobre todo cuando el miedo puede paralizarnos. Gracias a la ayuda de la amiga que tenía tan cerca , el corazón de acero emitió su primer latido. Parecía que existía vida allí dentro.

Y la mujer de acero comenzó a caminar. Caminar es pisar sobre  hierba mojada con calcetines rojos. Subir peldaños y bajar montañas de cristal. Romper a llorar por un amor no correspondido. Eliminar la basura  y  llenar el depósito de gasolina. Caminaba con pasos inciertos. Tomando respiros a cada paso. Desaprendiendo  para aprender de nuevo. Tabula rasa. Los primeros pasos eran tan lentos y dubitativos que  apenas eran percibidos por el ojo humano. El laberinto se estrechaba y Dios se acercaba y le tendía su mano. La mujer de acero caminó durante horas con Él. Le explicó su vida , sus fracasos , sus aspiraciones. Y Dios la escuchó. Y le prometió más vida en su corazón.


El tiempo se detiene entre trago y trago.  Las horas comían peces podridos  y  el sonido del reloj moría en el pecho del consuelo. Los segundos pasaban rozando las sábanas y el acero  se derretía del calor de las palpitaciones. El tiempo curaría las heridas del desamor. La mujer de acero se sentía feliz a medida que pasaba el tiempo  y caminaba. Los caminos eran cortos  y fáciles de alcanzar. Tenía a Dios a su lado y era cada vez más humana y menos máquina.


¿ Alguna vez has sentido que la vida se escurre por entre los dedos?

La vida es la inmensidad que fluye entre tus dedos ,
el rojo teñido en el amanecer prematuro del sol ,
Nací entre sol y lluvia ,
me crecieron entre ropas humildes y justas.


La vida es ritmo que sale de entre tus labios ,
el verde de los árboles cuando rompes a  llorar ,
Crecí con ciento y un pares de collares ,
con miedos y sonrisas pintadas en la boca .

El acero que cubría mi vida ,
se derrite,
se quema ,
y forma una escultura con tu cuerpo.


¿Alguna vez has sentido que la vida  se escurre por entre los dedos?

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