El
lenguaje secreto de las flores
-Códigos
de la sociedad victoriana-
En la sociedad inglesa victoriana , las flores adquirieron un
significado nuevo , secreto y codificado en el que cada una de ellas adquiría
un mensaje diferente y que el destinatario debía descifrar. Este código secreto
constituía un auténtico objeto de conocimiento que recibió el nombre de floriografía.
En una sociedad
constreñida por códigos morales y un excesivo puritanismo , las flores servían
para expresar sentimientos que no podían ser mostrados de otra manera. Pero ,
en realidad, el arte de utilizar las flores para transmitir mensajes no procede
de Inglaterra , sino del Medio Oriente. En la Turquía otomana , en
Constantinopla, ya existía el arte de expresar
emociones a través de tulipanes. Fue el rey Carlos II de Inglaterra quien trajo esas costumbres a territorio
inglés y de ahí se extendieron por las principales cortes europeas. Se
publicaron libros y diccionarios de flores
llenos de hermosas ilustraciones con listados de las principales flores
y sus significados. Así pues, la orquídea era sinónimo de belleza exótica , un
lirio implicaba constancia , la
margarita connotaba virginidad y humildad y la magnolia representaba un
profundo amor por la naturaleza. Cada flor se asociaba a un determinado
sentimiento u emoción. Aunque nuestros ojos pueda parecer una cuestión frívola
y caprichosa, no lo era. Constituyó un medio de comunicación original , poético
y oloroso de ser sinceros con los demás.
La floriografía alcanzó tal auge, que su
simbolismo se extendió a las artes pictóricas y a la literatura. Escritoras
célebres como las hermanas Charlotte y Emily Bronte , Jane Austen , Charles Dickens u Oscar Wilde
usaron el lenguaje de las flores en sus creaciones literarias. Un genio de la
literatura como Shakespeare uso la palabra “flor” más de cien veces en sus
escritos. En las artes pictóricas, la hermandad prerrafaelitas, los
impresionistas y los pintores orientalistas también expresaron el simbolismo de
las flores en sus cuadros.
A partir de ahora, cuando nos hallemos ante una
flor , no pensemos que es simplemente una flor. Les invito a reflexionar y a
descubrir el simbolismo y la cultura que porta.
Una rosa, no es una rosa.
Una rosa es amor es su estado más puro.
Sus pétalos semiabiertos , como el sexo de una
mujer,
desprenden el aroma del deseo, de la seducción.
Regalar una rosa es declararle a alguien que es tan
bella como la divina naturaleza.
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