Han acabado con mi paciencia. El eterno problema entre Cataluña y España.
En los medios de comunicación, no se habla de otra cosa ni se hablará en muchos
meses. Cataluña quiere independizarse y España no sabe qué hacer ante el
problema que se le viene encima. Las posturas están tan enrocadas y el debate
es tan tenso, que no hay espacio para el diálogo y el acercamiento de posturas.
Ya hace tiempo que , cuando oigo hablar del tema , prefiero esconder mi opinión
e intentar cambiar de conversación si estoy ante un grupo de personas. Mi
sensación de hastío y cansancio es evidente. Yo no entiendo España sin Cataluña
, la verdad, por más vueltas que le doy. Ahora bien , creo que podría entender
Cataluña sin España. No soy separatista, pero tampoco soy partidaria de
mantener la relación actual con el estado español. Cataluña reclama más
libertad porque la necesita para seguir siendo lo que es. Entiendo muchas de
las tesis separatistas , si bien no comparto el desprecio hacia todo lo que
representa España. Las raíces de muchos ciudadanos catalanes están en
provincias de ese estado español que muchas veces es autoritario y poco
comprensible con las aspiraciones de nacionalidades históricas como la nuestra.Cataluña
siempre ha sido tierra de acogida , de aceptación e integración. Nunca ha sido
tierra de violencia y fanatismo. No dejemos que lo sea ahora. Soy catalana de
nacimiento, de padres nacidos en Cataluña, pero mis abuelos formaron parte de
aquella horda de inmigrantes de Andalucía y Castilla que marcharon de su tierra
en busca de un futuro mejor aquí. Mi corazón está plenamente con esta
maravillosa nación , pero no quiero ni puedo olvidar que muchas de mis raíces
no son catalanas. No me gustaría que el
uno de octubre se produjera una fractura social irreversible entre catalanes y
españoles. Me gustaría que todos pudiéramos seguir viviendo de forma pacífica,
dirimiendo nuestros problemas internos y colaborando juntos. Y si no es sí,
habremos perdido nuestros valores. Si de
algo me siento orgullosa como catalana que soy es por nuestro enorme valor
intelectual, por ser un país que compite con otras naciones europeas. Cataluña
siempre ha sido uno de los grandes motores del estado. Entiendo que el motor
esté cansado de no ser escuchado. Nuestra indignación tiene motivos. No sé si
la ruptura total o la desconexión se hará efectiva algún día , pero , si así
fuera, me gustaría que ese desapego no supusiera un conflicto , que es lo que se
está produciendo actualmente. Somos mucho lo que compartimos con España , tanto
bueno como malo. Deseo con toda mi alma que el odio no se enquiste en nuestros
corazones, que seamos capaces de volver a reencontrarnos.
Cuánto lo deseo…
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